En la vida real, Lubla no es más que Lucía. Una joven de 27 años, extremeña e historiadora. He realizado varios cursos de formación, como uno de Monitor de Ocio y Tiempo Libre y otro sobre creación de contenidos digitales, mobile learning y gamificación. Actualmente, estoy estudiando un curso multidisciplinar que me especializará como auxiliar de archivos y bibliotecas y gestora documental.
Trabajé, durante un año, en un centro cultural de mi pueblo natal, donde no solo organicé exposiciones, actividades... también organicé cinco partidas de rol, desde CILNA, a niños y no tan niños.
Desde pequeña, los videojuegos me gustaban mucho, como Tekken 3, Rayman y Spyro: Year of The Dragon. Más adelante, con una PS2, una GBA y una DS, la consola que más horas habré echado; actualmente, con PS4, Xbox, Switch, el PC y hasta una 2DS.
La literatura tiene un hueco en mi corazón. Matilda, Memorias de Idhún y Crónicas del Asesino de Reyes están en mis huecos de libros favoritos. La literatura de género fantástico es mi favorita y la menos, la de género histórico. También he escrito algún que otro fanfic, pero sobre todo, muchos relatos y futuras novelas que me encantarían ver la luz como publicadas, e incluso obras teatrales.
El cine y la animación son otra de mis aficiones. Fantasía, Django Desencadenado y Pesadilla antes de Navidad son mis películas favoritas. De series animadas, siempre recordaré Digimon Adventure y Gravity Falls. Pero, si vamos a otro ámbito, el de la animación japonesa, Nodame Cantabile se lleva la palma. Cito que probé, durante años, el mundillo del doblaje amateur, el fandub.
Desgraciadamente, no todo es alegría: sufrí marginación y exclusión social por parte de mis compañeros de clase en tres cursos de la ESO, por motivos de ocio y por ser diferente al resto. Las consecuencias fueron la tímidez que, a día de hoy, sufro para hacerlo desaparecer de mi vida, poco a poco, y el temor a conocer nuevas personas, en la vida real y en la red, aunque esto está desapareciendo.
Estaréis diciendo que pare de hablar y pasemos al tema principal, ¿no? Pues alle voy
Aunque comencé con rol narrativo, lo cierto es que nunca cogí los dados en una partida de rol REAL hasta que llegó diciembre de 2016, en una partida de Navidades Sangrientas, en pleno puente de la Constitución. Jugamos varios amigos y yo, que nunca había jugado a estas partidas, me empezó a gustar. No sería hasta marzo de 2018, jugando a un oneshot, creado por mi buen amigo Xenografo, mastereado por Socknier, mi novio (siendo su primera vez) y con el sistema de Anima, cuando me propuse, en serio, ponerme con las partidas de rol.
Confesar que, en octubre de 2018, fue la primera vez que estuve en un ReV; aunque la experiencia no fue buena, tengo un buen recuerdo de aquello.
Nunca dejaré de agradecer las sesiones de la campaña "La Dama", oneshot de Anima y mastereado por Socknier que, después, se convirtió en secuela. Ya que, durante mi tiempo trabajando para el ayuntamiento en el centro cultural, me estresaba todo relacionado con el trabajo,y solo podía opacarlo, pensando en la siguiente sesión y convirtiéndome en mi personaje en el mundo virtual. Es decir, a veces sufro la realidad y prefiero estar en un mundo diferente, con una nueva personalidad... Y las partidas de rol me ayudaron. Además, he interpretado, he realizado diferentes voces con mi voz y eso es algo que agradeceré siempre.
En cuanto a mi yo como master, he mastereado partidas para niños. Aunque tengo una campaña con mis primos, mi primer oneshot grande ha sido Liberventura, una aventura con personajes literarios, tanto para niños como adultos, con el sistema de Magissa.
Actualmente, con el panorama del coronavirus, estoy creando muchos módulos con nuevos sistemas, como es Vieja Escuela, y con más personas, aparte de mis amigos, en el servidor de Ludorussafa en Discord; desde ahí, he jugado a estos sistemas, además del famoso DnD, con la campaña "Tormenta de Fuego", de Shadowlands.
Como podéis ver, las partidas de rol me han ayudado muchísimo. Si queréis saber las ventajas de las partidas de rol, aquí tenéis unas indicaciones del Ministerio de Educación.
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